viernes, 11 de enero de 2008

¿Cuánta energía? ¿Cuánta desfachatez?

Un lector de nuestro Blog nos envía esta carta para que la publiquemos.

Resulta poderosamente atractiva la reiterada intencionalidad de nuestros periódicos locales por situar a la provincia de Salamanca en contextos más o menos positivos dependiendo de otras regiones o provincias de España. Uno de los últimos ejemplos los encontramos en la producción de energía en nuestra provincia. Así y con todo, se trata la mayoría de las veces de análisis totalmente sesgados y carentes de un análisis profundo y transversal. Por lo visto la mayor parte de la energía producida en nuestra provincia procede de la industria hidroeléctrica (98% del total). Tanto es así, que “Salamanca” produjo en los últimos nueve meses 3,56 millones de megavatios. Pongo comillas, porque Salamanca no produce energía, la producen las turbinas fundamentalmente de Iberdrola, una empresa estatal. Me pregunto cuanto dinero significan esos 3,56 millones. También se afirma en una reciente noticia de los periódicos de nuestra ciudad, a veces demasiado localistas en sus percepciones y reflexiones, que por eso dependemos de la pluviosidad para la producción energética y que por ello, debemos tener en cuenta otras fuentes de energía como una de las únicas soluciones al problema de abastecimiento eléctrico. Cuatro aspectos muy relacionados entre si al respecto de tales noticias que ocupan muchas veces las portadas, no deben pasarse por alto.

1. Un río que se cruza en tu vida o que es tu vida

Nos olvidamos reiteradamente del inmenso valor de la red fluvial que se configura en torno al Duero y de sus valores patrimoniales en relación a los bienes naturales, la biodiversidad o, incluso las manifestaciones culturales. Recuerdo que durante estos días se puede visitar una humilde exposición en el Palacio de Congresos de Castilla y León de Salamanca sobre el Duero, y que da a entender la gran preocupación de la confederación hidrográfica del Duero por la gran cuenta castellana. El río Tormes, al igual que el Eresma, Adaja, Bernesga, Esla o Pisuerga son grandes ríos caracterizados por crear paisajes de indudable valor a su paso por los valles montañosos, las campiñas meseteñas o los encajonamientos graníticos o, más si cabe, por las grandes ciudades de nuestra región. Es por ello, que al igual que estos, el río Tormes
-que discurre en su mayor parte por la provincia de Salamanca-, se sostiene no sólo en las mismas consideraciones paisajísticas, sino también por confirmar a través del ingenio de grandes autores de la lengua castellana, parte de nuestro patrimonio literario. No son por tanto, únicamente fuentes de energía o, en términos monetarios, de euros, sino también recursos pendientes en muchos de los casos de puesta en valor, siempre y cuando se sepan preservar y conservar tal como los conocemos. Igualmente, recordemos a los periódicos que cuando hablan del duero, tenemos también que tener en consideración que es una de nuestra única frontera fluvial compartida con Portugal: si, el Duero/Douro Internacional.

2. Energía: para qué y para quién

Hablar de que la pluviometría como uno de los principales problemas del recurso del agua como generación de energía nos lleva a plantear sin prolegómenos y de manera directa el contexto global de cambio climático que por fin se está convirtiendo en un tema de interés generalizado. Cuando se afirma sin sentido la necesidad de complementar esta industria más o menos renovable con otras como la térmica de ciclo combinado o incluso la nuclear, es caer en la recurrencia de un discurso totalmente partidista e interesado y que, en nada, se parece al que debiéramos exigir como sociedad comprometida con nuestro futuro. Me refiero por supuesto a que ambas industrias, una por contaminante y otra por extremadamente peligrosa, no parecen contribuir de manera positiva a paliar los efectos que ya está causando el cambio climático. Debiéramos por tanto declararlas como obsoletas. Así, ¿Por qué nadie habla de ahorro energético? ¿por qué nadie propone aspirar a modelos a pequeña escala como los caseros que dispongan de mecanismos de ahorro o autoabastecimiento a partir de energía de veras renovables? ¿Por qué no se habla de crear una sociedad moderna de verdad que disfrute de bienestar y calida de vida sin hipotecar nuestros ríos o paisajes?


3. Gato por liebre.

Hagamos un esfuerzo por comprender y analizar, aunque sea someramente, el papel de las grandes corporaciones y empresas de las que tanto se hablan en las cumbres internacionales. Para no engañarnos debemos esforzarnos por asumir que tanto Endesa como Iberdrola, por ciar ejemplos cercanos, para nada están interesados en cumplir con el cambio las pautas y preceptos que se determinan en las cumbres sobre cambio climático. Son, únicamente estos lobbies los que presionan a los gobiernos, para torcer y demorar cada año que pasa posibles soluciones reales y corresponsables con el medio ambiente para cambiar definitivamente nuestros modelos de desarrollo y, en el caso concreto que nos ocupa, las emisiones de gases de efecto invernadero. Los de la energía es un agosto para todas estas empresas privadas!! Y lo peor es que nosotros contribuimos sin condiciones a que todas ellas –sin excepción- se embolsen cada año superhábits de millones de euros. Cuando Endesa dice que quiere mejorar la situación de Ledesma trayendo a un ingeniero al pueblo que es capaz de afirmar que una central térmica es lo mismo que encender el gas en la cocina de tu casa, nos está tomando el pelo. Se está aprovechando de un contexto nada parecido al que se podría encontrar ese mismo tecnócrata en cualquier población del área metropolitana del norte de Madrid. Se estan riendo de nuestra cara y lo peor, de nuestros deleznables responsables políticos. Todo ello para qué. Para seguir produciendo más energía y que Endesa pueda seguir embolsándose cada año millones y millones de euros a consta de nuestro medio ambiente, el de todos, de nuestra salud y de nuestra indiferencia.

4. El cuento de la lechera

Me perturba enormemente ver como no hacemos ejercicios de memoria y olvidamos qué paso después de que pueblos como Sardón de los Frailes, hoy prácticamente desolado de vida siendo uno de los que más compensaciones recibe por el anegamiento, o Monleras, Almendra o El Manzano, perdieron miles de hectáreas debido a la construcción del embalse de Almendra. O es que nadie se acuerda ya de porqué tiene familia en Barcelona, Bilbao, Zarautz o Madrid. Parece mentira que no podamos alcanzar a dimensionar qué efectos no sólo para el campo sino para salud emocional o el bienestar social, tuvo aquel megaproyecto. ¿Quién se sigue beneficiando hoy de aquello? ¿qué dejó aquello tras de si? ¿Cuántos se tuvieron que ir a pesar de las compensaciones, a pesar de los diez años de trabajo continuado en el arribe?

Por favor, hagamos ya un esfuerzo de reflexión serio e impidamos a los periódicos locales salmantinos ser los corresponsales de las grandes corporaciones que únicamente pisan tierra en los despachos de la Castellana, la Gran Vía o de la Plaza de España en Madrid. Es el momento de dirigir nuestro futuro pero con cabeza, con memoria, con la experiencia, con la razón, con nosotros mismos, con nuestros vecinos, con nuestros jóvenes…

Basta ya de discursos corporativos, verdes fosforito, sensacionalistas. Basta ya de hablar sin saber y siempre asumiendo nuestra realidad en base a las demás. Basta ya de vender cifras y hablemos de las personas que son las que respiran y viven verdaderamente con los pies en la tierra.



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