La energía limpia puede ayudar a Europa a recuperar una ventaja competitiva en la carrera tecnológica internacional, mientras se reducen los crecientes costes de los combustibles, se crea empleo y se disminuyen las emisiones de CO2. Estas son las conclusiones de un nuevo estudio encargado por Greenpeace y el Consejo Europeo de la Energía Renovable (EREC), lanzado hoy en Bruselas.
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