Pero los problemas, a pesar de que la iniciativa es muy reciente, no han tardado en surgir. El primer problema que está siendo analizado por
Certificados
Otro aspecto importante es que, en el sistema eléctrico español, la energía es de quien la compra. Es decir, la energía que producen Endesa e Iberdrola, limpia o no, certificada o no (Red Eléctrica es la encargada de certificar el origen limpio de la energía), llega toda al mismo lugar: el mercado mayorista. Las distribuidoras (las mismas compañías) compran luego la energía para distribuirla a sus clientes. Pero compran energía, no energía más verde o menos verde, con lo que el producto que se vende más caro podría no ser lo que realmente parece. Con esta base, algunas organizaciones de consumidores han hecho público ya su malestar por las campañas publicitarias que se han puesto en marcha.
Tanto Endesa como Iberdrola han reclamado para sí el mérito de ser pioneras incluso en la exportación de "energía verde" a países europeos como Holanda y Austria. Frente a las críticas, ambas compañías esgrimen las certificaciones del Renevable Energy Certificate System (RECS), que administra en España REE. Además, Iberdrola sostiene que una entidad auditora externa verifica y certifica que la energía verde que vende procede exclusivamente de fuentes cien por cien renovables.
Santiago Carcar. El País
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