sábado, 29 de diciembre de 2007

LA DEUDA ECOLÓGICA DE ENDESA


Endesa: las violaciones de Derechos Humanos y ambientales del gigante eléctrico

Endesa administrará la Empresa Propietaria del Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), co-financiado por el Gobierno español desviando fondos de cooperación al desarrollo que, por ley, deberían haber sido orientados a la lucha contra la pobreza. El SIEPAC vendrá acompañado de la construcción de grandes represas con el consiguiente desplazamiento de miles de personas y la destrucción de sus tierras, la primera fuente de subsistencia para la población más empobrecida.

Organizaciones sociales, ecologistas y de defensa de l@s consumidores/as en la región advierten que los cambios acentúen aún más los efectos adversos que la privatización del sector ha generado para l@s usuari@s, con tarifas más elevados y altos niveles de exclusión del servicio. El SIEPAC permitirá a Endesa cobrar un peaje por el uso de la línea de transmisión regional, que será trasladado a los usuarios vía tarifas. Además, la construcción de los 1.830 km. de tendido significará deforestación, afectando los ecosistemas y la vida de las comunidades. Nuestra preocupación por el SIEPAC se centra además en posibles proyectos hidroeléctricos sobre ríos importantes de la región que serán destruidos.

La interconexión eléctrica proyectada entre Colombia y Panamá, una prolongación del SIEPAC, pasaría por el Darién, que abarca 1,2 millones de hectáreas de áreas silvestres vírgenes. Aunque en 1981 la UNESCO declaró al Parque Nacional Darién, en la frontera con Colombia, como Patrimonio de la Humanidad, y en 1983 fue designado como Reserva de la Biosfera, la región está expuesta a la deforestación, a la sobreexplotación de sus recursos naturales y a la paramilitarización que ha causado cientos de víctimas asesinadas, torturadas, violadas, desaparecidas y desplazadas desde 1997.

El 44% de los activos de Endesa en Latinoamérica están en Chile donde construyó la hidroeléctrica de RALCO en la zona del río Bío-Bío. Fue inaugurada en 2004 después de más de diez años de conflictos permanentes y tras convertirse en un símbolo de las problemáticas asociadas a los grandes pantanos en el mundo. En total se han inundado 3.500 ha. El conflicto se produjo entre Endesa, el Gobierno y el pueblo de Pahuenches que finalmente tuvo que firmar un acuerdo de permuta de sus tierras en un proceso lleno de irregularidades.

En el proceso se produjeron numerosas denuncias por las presiones realizadas por parte de Endesa sobre los habitantes, se realizaron sobornos y amenazas directas, se elaboraron informes ambientales falsos, etc. que han quedado ampliamente documentados, pero impunes. Actualmente hay decenas de dirigentes mapuches detenidos por participar en movilizaciones en defensa de sus tierras. A pesar de las denuncias de agrupaciones indígenas, de grupos ecologistas, y de los reparos y críticas del Relator de las Naciones Unidas para Asuntos Indígenas, Rodolfo Stavenhagen, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de Amnistía Internacional y de la Federación Internacional de Derechos Humanos, el proyecto siguió su marcha y hoy constituye uno de los más duros golpes a los pueblos originarios. Dos directores de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena fueron destituidos por defender la Ley Indígena que impedía hacer el pantano sin la aceptación de los indígenas. También renunció en su momento la directora de la Corporación Nacional del Medioambiente por no consentir la destrucción del sistema ecológico de la cuenca del Bio-Bio.

Ahora, Endesa arrasa con la Patagonia de Chile

En 2005 Endesa anunció la construcción de cuatro centrales en los ríos Baker (el más caudaloso de Chile) y Pascua, con una inversión estimada en 2.500 millones de dólares y una potencia de 2.400 MW, casi cuatro veces la energía que hoy produce la Central RALCO. La desgastadora campaña de Ralco hizo cambiar de táctica a la empresa hasta esperar el momento políticamente preciso para comenzar un fuerte pero discreto lobby con el objeto de lograr el preciado tesoro de las aguas de la Patagonia. En el río Baker se hará una central con un área inundable de 5.600 hectáreas. Esto es, sencillamente, inaceptable en uno de los ecosistemas más ricos del mundo, esa zona de Chile es reconocida como una de las pocas áreas que permanece inalterada y está catalogada como reserva natural. Cochrane, la tercera ciudad de la Patagonia, desaparecería bajo las aguas. Exigimos la retirada de Endesa de la Patagonia porque este tipo de proyectos siempre ocasiona impactos negativos sobre el ambiente, la fauna, los ríos y la población.

En www.rebelion.org

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me resulta nada extraño todo lo que se saca a la luz en el artículo. Al fin y al cabo, de una u otra manera, Endesa también practica algún tipo de neocolonialismo en Ledesma. Les hace creer que la central será el progreso y futuro de la comarca. No son razones válidas y ni tan siquiera, suficientes. Yo, al menos, entiendo el progreso de otra manera. Os animo a luchar hasta el final.