jueves, 17 de enero de 2008

ME DECÍA UN JOVEN UNIVERSITARIO...


Me decía un universitario hace algunas semanas que cómo era posible que en la era de los tratados internacionales contra el cambio climático, hubiera en España más de 40 proyectos en estudio para la instalación de centrales térmicas de ciclo combinado. Me lo aseveró a orillas del río Tormes a su paso por la villa de Ledesma, curiosamente, al mismo tiempo que discutíamos acerca del abandono sucesivo de patrimonio fluvial paradójicamente delante de un gran molino situado en ese mismo punto.

Deduzco que lo dijo recopilando mentalmente las imágenes de muchos de los paisajes fluviales Tormesinos que veníamos visitando desde su nacimiento durante varios fines de semana, y también en relación a la oportunidad con que otro de los participantes universitarios anunció el proyecto de una industria térmica de gran escala en la villa de Ledesma.

Es asombroso como la conciencia -en este caso de un joven universitario- dejó entrever un nuevo panorama de conciencia popular con respecto a los temas ambientales y sociales en el que al menos el principio de precaución y la sensibilidad que permite tal duda, se antepusieron ante la indiferencia o ausencia de análisis serios y fundamentados. Así, por la noche pudimos comprobar como durante la celebración de un debate simulado entre ganaderos, agricultores, sindicalistas, ecologistas, empresarios y alcaldes, despuntó una clara postura crítica y que puso siempre en tela de juicio a las grandes empresas multinacionales y, sobre todo, a los intereses creados.

La lectura es inmensamente positiva por cuanto las generaciones que llegarán algún día a liderar los cambios y tendencias necesarios para encontrar el equilibrio entre el desarrollo y la preservación de los recursos naturales, entienden que no todo es posible y que para que todos podamos disfrutar de un porvenir justo y solidario, deberemos consensuar y poner a disposición de lo público y en tela de juicio, todas aquellas iniciativas -en este caso empresariales- que vayan surgiendo. La paradoja entre lo viejo y lo nuevo, es por tanto, un binomio complejo pero que requiere aglutinar diferentes puntos de vista.

El ejemplo que nos da Ledesma es sin duda, la cara más oscura, retrógrada y perteneciente al pasado macro-hidráulico o nuclear. La realidad Ledesmina nos muestra actualmente otro camino discordante en el que el joven universitario no pregunta, nos muestra un camino en el que ni tan si quiera se simulan posibles causas y efectos en el conjunto de los múltiples ámbitos sociales. En Ledesma no ha ocurrido ni posiblemente estén ocurriendo tales designios, en los que intervienen la corresponsabilidad o la mesura, la escucha o la participación o, incluso, el toma y daca.

El viejo molino seguirá siendo viejo y así la conciencia de los muchos que apoyan la central térmica. ¡Y eso que era una buena oportunidad!
COCUYOS DIXIT

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